Esta criminal práctica consiste en el secuestro y, en general, el traslado de un ser humano para ser explotado.
Según el último informe presentado desde Viena por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC): “La legislación actual sobre tráfico de personas en Colombia cubre todas las formas de tráfico indicadas en el Protocolo de la ONU”.
Sin embargo, pese a estos esfuerzos las cifras de trata van cada vez más en aumento y los niños y adolescentes se encuentran en gran vulnerabilidad frente a este delito.
Los menores, los más afectados por la trata de personas
Según datos de la Fiscalía General de la Nación, en Colombia se han reportado casos de trata en los últimos cinco años de los cuales al menos el 30% corresponde a menores de edad.
Todos estos han sido expuestos a prostitución, pornografía infantil, trabajo forzoso, reclutamiento para conflictos armados y mendicidad, entre otras formas de abuso.
Mario Gómez, Fiscal Delegado para la Infancia y la Adolescencia de la Fiscalía, agregó para el diario El Espectador que “muchas niñas y mujeres son transportadas para ser explotadas por raspachines y trabajadores de cultivos de coca».
Añadió además que la situación «pasa también en la zona de triple frontera con el Amazonas y hemos visto casos donde son obligadas a tener relaciones sexuales 20 o 30 veces al día, tienen embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual”.
Cabe destacar que la prostitución es una práctica legal en Colombia y está limitada a zonas designadas para tal fin.
Sin embargo, se ha considerado como un crimen el ofrecer dinero a cambio de sexo a personas menores de 18 años.
De igual formas las autoridades colombianas se mantienen alerta ante casos de abuso.
Problemática migratoria
La realidad que se acrecienta con el flujo migratorio producto de la crisis del país vecino es la explotación de niñas y adolescentes venezolanas.
A esto, Rocío Mojica, Oficial de Protección Infantil de la UNICEF en Colombia, comentó que organizaciones “están haciendo un trabajo de prevención con la comunidad venezolana sobre todo en zonas vulnerables como la frontera».
«Lo importante es desnaturalizar el hecho de que pagar por sexo está bien y de que esta es una forma correcta de sobrevivir para los niños”, añadió Mojica.
Dada esta problemática se presentan más grupos delictivos dedicados a reclutar por medio de engaños o secuestro a niños y niñas venezolanos, aprovechándose de la actual situación de pobreza que encaran los ciudadanos del país petrolero.
De hecho, recientemente se desmanteló una banda que explotaba sexualmente a menores migrantes ofreciéndoles dinero y un lugar para vivir, entre otros beneficios a cambio de sexo.
Se conoció que la organización delictiva utilizaba a niños a quienes vestían de niñas, colocándoles pelucas y prendas femeninas, para que luego un trasporte designado los movilizara de un hotel a otro.
La triste realidad se vive en las zonas de Fonseca, Maicao, Riohacha, entre otras, pero cabe destacar que el fenómeno no es exclusivo de zonas fronterizas.
Tal es el caso de otra organización que secuestraba a menores en Venezuela y los trasladaba a Cartagena para fines similares.
Los menores de edad que salen de la crisis que vive Venezuela son actualmente una de las poblaciones más vulnerables a este flagelo.
Incremento preocupante de casos de trata
El fiscal Gómez agregó al respecto que “en el último año se ha venido incrementando el número de reporte de casos en los cuales se tienen identificadas posibles víctimas o población en situación de riesgo de ser víctimas de trata de personas, especialmente de mujeres, niñas, niños y hombres de origen venezolano, quienes migran de manera masiva y en circunstancias de alta vulnerabilidad a diferentes regiones del país”.
Ante esto, la Fiscalía General de la Nación se unió este año a UNICEF en una campaña llamada #EsoEsCuento, promovida en la zona de Riohacha.
En el desarrollo de esta campaña más de 500 niños y adolescentes recibieron información general sobre la trata de personas y niños, en qué consiste, a quiénes puede afectar y cómo puede afectarlos directamente el flagelo.
Finalmente se logró mostrar cuáles son las acciones para prevenir ser víctima de este crimen que cada vez cobra más víctimas inocentes.
La Fiscalía General de la Nación de Colombia registró para 2018 al menos 100 casos de explotación sexual a menores cada mes.
Conclusión
Desafortunadamente, como en muchos países de América Latina y el mundo, la trata de personas es un delito poco denunciado y con altas tasas de impunidad.
Sin embargo, es responsabilidad de la comunidad informar de casos cercanos a las autoridades correspondientes para que estas comiencen a actuar contra el flagelo que cada vez coge más fuerza en nuestro continente.