Cyberbullismo: cómo detectar si su hijo es el acosador

juan ricardo palacio

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Esta práctica consiste en molestar a alguno o algunos de sus compañeros de escuela valiéndose de medios de comunicación como celulares y redes sociales con los que se les humilla, persigue y molesta. 

Pese a ser una problemática constante rara vez se toca el tema desde la perspectiva del acosador, quien también necesita atención y asistencia psicológica.

¿Qué hacer para detectar si su hijo es el acosador?

El cyberbullying es una práctica que ha tomado gran auge dado el avance de las TIC y cada vez más niños y adolescentes tienen acceso y cada vez a edades más tempranas.

Según datos de UNICEF, uno de cada tres estudiantes a nivel mundial de entre 13 y 15 años de edad han sufrido esta forma de acoso.

Ahora, para descubrir este tipo de conducta, hay que ser padres observadores y poner atención a las conductas de sus niños.

Si bien no existe un perfil de “niño acosador” hay algunas pautas de comportamiento que podrían indicar que su hijo está empleando energía en esta forma de abuso a otros: 

Vacíos afectivos y familiares

¿Es el núcleo familiar del niño un entorno que le ofrezca una sensación de protección? ¿Ofrece su entorno una sensación de familiaridad y rutina predecibles?

Es importante evaluar cómo se encuentran las relaciones interpersonales de su familia o cuan expuesto está el niño a situaciones de estrés.

Si el menor crece en un entorno disfuncional hay mayores posibilidades de desarrollar conductas de ansiedad y depresión, trastornos a menudo asociados a comportamiento violento.

Irritabilidad y cambios repentinos de humor

Por lo general, los niños que ejercen bullying de cualquier tipo tienen tendencia a ser desafiantes y mostrar irritabilidad ante reglas y correcciones con respecto a su conducta.

Muestran poca tolerancia y un comportamiento provocador e intimidante, incumpliendo cualquier regla y molestando a quienes representan una figura de autoridad en su entorno, bien sea los padres, maestros o tutores. 

Cambio en círculos sociales

Siempre es importante observar con quienes pasan tiempo nuestros hijos.

Si nota que cambia constantemente de grupo social y sus amigos lo evitan, bien sea porque se sienten intimidados o molestos, esto supone una señal de alerta. 

Uso constante de dispositivos y obsesión con la privacidad

Si su hijo utiliza dispositivos como PC, tabletas y celulares todo el día y noche, y además muestra inusual interés por su privacidad en la web, es importante conversar e intentar comprenderle.

Indagar respetuosamente sobre su actividad en línea es importante, puesto que podría estar ocultando algo que perjudique a otros compañeros de escuela y eventualmente a sí mismo.

No muestra empatía

Si su niño o adolescente no muestra empatía por los sentimientos del resto de las personas ni animales en ninguna situación es una señal alarmante.

Además, si el menor está sumido en una constante actitud de líder intimidante, imponiéndose ante los demás, también representa una señal a evaluar. 

Es importante destacar que para estar completamente seguros de que su hijo es victimario de cyberbullismo, es de gran ayuda apoyarse de la ayuda profesional de un psicólogo u orientador escolar.

Esto hará que todo el proceso sea lo más llevadero posible.

De ser positivo un caso de bullying, si su hijo tiene más de 14 años, este podría ser procesado penalmente por el delito de acoso cibernético, dependiendo del país donde se encuentre.

Estas conductas también suponen un castigo para sus padres, quienes podrían ser multados con una indemnización para la familia y el niño o adolescente afectados.

¿Cómo actuar?

Como padre, es importante reforzar conductas de autoestima y respeto hacia otros compañeros de escuela.

Hacer énfasis en el núcleo familiar sobre el tema del acoso y expresar explícitamente que en su entorno no se tolerarán ese tipo de conductas.

Al menor se le debe explicar detalladamente las consecuencias que esto puede traer, tanto para él como para el acosado.

Se debe prestar atención a este tipo de conductas y no dejarlas pasar, puestos que pueden marcar psicológicamente a su hijo y a la víctima por el resto de sus vidas.

También, evitar aupar conductas de agresividad y violencia como forma de juego, y evitar que su hijo esté sobreexpuesto a este tipo de estímulos.

Conclusión 

Asegúrese de generar un ambiente de confianza y comunicación en el entorno familiar.

Todo esto evitará que su hijo dude en conversar si algo le molesta o le causa algún tipo de inquietud, propiciando interacciones y comportamientos más saludables.

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